Y así empezó todo...

Hoy os quiero contar cómo empezó el largo y "duro" camino de la organización de nuestra boda, y claro, el principio no podía ser otro que el momento de la pedida de mano.

De eso hace ya más de 2 años y la sorpresa empezó cuando el 28 de Mayo de 2010 mi chico, M, me dijo algo como "Pequeña, haz la maleta que mañana nos vamos". Como os podéis imaginar utilicé todas las armas posibles para obtener más información, pero todos mis esfuerzos fueron en vano, así que sin más, me puse a hacer la maleta. Mete ropa, saca ropa, pruébate esto y lo otro, porque claro, ¿Cómo se hace una maleta si no se sabe el destino? ¡¡Os puedo asegurar que es complicadísimo!!

Después de superar la prueba de la maleta y  por fin tenerlo todo preparado, nos metimos en el coche con rumbo desconocido hacia algún lugar que mi chico sabía me iba a encantar, ¡Y cuánta razón tenía! Después de unas 4 horas de viaje por fin supe dónde pasaríamos el fin de semana: Sevilla, quizás mi ciudad favorita y en la que siempre dije que querría casarme.

El hotel era precioso, la ciudad perfecta pero lo que menos me imaginaba era lo que en pocas horas ocurriría.

Pasamos el día paseando por la ciudad, enseñándosela a M porque no la conocía. Desde Plaza de España hasta el Barrio de Triana pasando por La Giralda, la Maestranza y la Calle Sierpes. Después de pasar mucho, muchísimo calor, decidimos que era hora de reponer fuerzas y entrar en el Real Alcázar, quizás uno de los sitios más bonitos que he visto, probablemente sea así porque desde ese día ha adquirido un significado tan especial que no puede describirse con palabras.

Deciros que ¡¡M estuvo rarísimo todo el día!! Apenas hablaba, estaba serio, tenso, ausente...pero creo que la palabra que mejor describe como pasó el día es nervioso.

Pasamos de jardín en jardín riéndonos, compartiendo instantes que siempre guardaremos en nuestra memoria y preguntándole unas 100 veces si le pasaba algo, a lo que siempre obtuve la misma respuesta "No, estoy bien". Y claro, cuando 100 veces te dicen que todo está bien, no te queda otra opción más que creértelo y continuar con tu paseo.

Por fin decidimos que era hora de sentarse a la sombrita y descansar un rato. Y allí estábamos M y yo, sentados en un banco de uno de los jardines del Real Alcázar, cuando de repente me vi sola sentada en esa banco y M de rodillas delante de mi ¡¡pidiéndome que pasara el resto de mi vida a su lado!!


Evidentemente la respuesta fue un rotundo SÍ, aunque apenas se entendiera porque las lágrimas no me dejaban casi pronunciar palabra, pero, ¿Cómo no iba a llorar si el amor de mi vida quería pasar el resto de su vida a mi lado? De verdad que lo que sentí en ese momento no os lo puedo explicar, es algo que hay que vivir para saber qué se siente. Desde ese momento....¡¡ESTÁBAMOS PROMETIDOS!! De esta forma, el 29 de Mayo de 2010 se convirtió en el principio del camino que empezaríamos a recorrer juntos M y yo.


Como si de un cuento se tratase, cenamos en El Rincón del Agua, un restaurante precioso en el centro de Sevilla, en el patio, rodeados de velas, flores, uno de los sitios más románticos a los que he ido, y aunque estábamos rodeados de gente, para mí, solo estábamos M y yo.

Y así empezó todo....

¿Os imagináis un sitio más bonito para que te pidan matrimonio?

Y este es mi anillo de pedida, un solitario de Yanes que siempre me recuerda el día tan especial que pasamos y que nunca, nunca olvidaré.

¿Qué os parece nuestra historia?