¡¡Me quiere!!

¿Cuántas de vosotras habéis deshojado margaritas para saber si os querían o no? Campos y campos de margaritas habrán desaparecido por las ansias de esas niñas (y puede que no tan niñas) de 12 años por saber si ese chico de clase las quería o no . . . ¡Qué bonito es el amor de niñ@s!

Pues bien, llegados a este punto, nosotras ya sabemos a ciencia cierta que ese chico que tanto nos gusta nos quiere, y no solo eso, sino que quiere pasar el resto de su vida a nuestro lado, así que como ya tenemos el vestido y los zapatos, vamos a por el resto de complementos que necesitamos para ser la novia más guapa del mundo.

¡¡Hoy nos toca elegir el ramo!!

Para mi, la elección del ramo fue bastante complicada. De hecho, creo que es algo de lo más incómodo para llevar en una boda; no basta con andar por un pasillo tan estrecho del brazo de tu Padrino, pensando en cómo andar con ese vestido y tener que preocuparte, además, por cómo coger el ramo y evitar que se te caiga. Pero como  no quería casarme sin él, dediqué horas y horas a deborar revistas de novias - ¡¡Ya os dije que son utilísimas!!

No quería un bouquet, no son mis ramos preferidos, y tampoco uno en cascada, ni ninguno con frutas como he visto en más de un sitio, ni atados al brazo ni nada modernísimo que le quitara el encanto de boda romántica que buscaba, así que se me estaban acabando las opciones.

También quería que las flores fueran en tonos morados, ya que la boda estaba basada en esa tonalidad, pero claro, en esto de las flores no mandamos nosotras, así que si encuentras una que te encanta, investiga cuál es su época, porque si la fecha en la que te casas no coincide hay que tener pensado un Plan B!

Después de tener claro que era lo que no quería, fue la revista Lucía se casa (mi mejor aliada durante un año de intensos preparativos) quién me descubrió el ramo perfecto, y aunque parezca imposible, ¡¡cumplía todas las condiciones!!

Ramo de calas blancas con el corazón en morado degradado, con el tallo largo y hojas de junco que lo alargaban aún más, atado con una cinta de organza blanca. Sencillom, pero me encantó.

Cuando lo ví, puff, me quedé sin palabras, así que mi madre y yo nos fuimos en su busca a varias floristerías . . .

• Castañer - Serrano, 20 - En pleno Febrero entramos y para nuestra sorpresa, ¡¡¡ahí estaban mis calas blancas con corazón morado!!! No me lo podría creer. La floristería es exquisita.
• Búcaro - Serrano, 232 - Aquí fue donde mi madre se hizo su ramo de novia hace 30 años, así que me hacía ilusión que fuesen ellos quienes me lo preparan.
• The WorkShop - Gabriel Lobo, 10 - Visitarles, (www.theworkshopflores.com) no dudaréis en ir a hacerles una visita. Aquí os dejo algunos ejemplos.

 

• Verde Pimienta - Calle del Principado de Asturias, Las Rozas - Es una floristería de cuento, una pequeña casita de madera que esconde todas las flores que os podáis imaginar.

Al final ellos fueron quienes me hicieron el ramo de novia y se encargaron de la decoración floral de la Iglesia. Solo deciros que sin ver nada de nada antes de la boda, cuando entré del brazo de mi padre, me encantó ver el resultado.

Y por fin, mi ramo de novia . . .¡¡espero que os guste!!

Que disfrutéis del fin de semana, yo me voy a ver a Nati a Luxemburgo (pronto la conoceréis), a ver si acabamos de decorar su nueva casa y a mi chico le dejo de Rodríguez en casita.